En el sentido más simple, ironía significa malicia oculta, desprecio, burla expresada con aparente aprobación o burla escondida en una aparente aprobación. Proviene de la antigua palabra griega eriomeia, que significa burla.
En el uso irónico, hay frecuentes interferencias, por ejemplo, "por supuesto", "indudablemente", "realmente", "como se conoce" y elementos metalingüísticos destinados a dirigir al destinatario del enunciado a su correcta interpretación. Muy a menudo, en los textos escritos, se intenta marcar gráficamente la ironía mediante el uso de cursiva, negrita, subrayado o mayúsculas. A finales del siglo XIX se intentó introducir un signo gráfico de la ironía diseñado por el poeta francés Alcantar de Brahm, que tenía la forma de un signo de interrogación invertido. Sin embargo, no se puso de moda.
Figura estilística
Una ironía también puede denominarse figura estilística, que consiste en una contradicción entre el significado literal y el pretendido de un enunciado. En la mayoría de los casos, el destinatario nota esta contradicción y la trata en términos de una parodia o una burla oculta. En este caso, la ironía tiene varias funciones: ridiculizar al oponente (función satírica), refuerzo de argumentos, diversificación de declaraciones, mostrar distancia (también hacia uno mismo - auto-ironía), complacer al público.
Actitud filosófica
La ironía también puede significar una categoría estética relacionada con una determinada actitud filosófica, en la que prevalece la percepción de la realidad, sobre todo, como una lucha de fuerzas contradictorias infranqueables, y así se apunta a alejarse de ella. Ya apareció en la antigua Grecia como una ironía socrática y trágica. La trágica ironía es que el protagonista no se da cuenta de la gravedad de su propia situación. Tome el mito de los Labdakids como ejemplo. Edipo, al matar a Lajos, comete una culpa trágica (hamartia), que no es del todo consciente. El héroe desconoce la identidad de su víctima. Lo mismo ocurre con casarte con tu madre. Edipo también peca el orgullo (hybris) porque acusa a Tiresias y Creonte de traición y se niega a reconocer su culpa. A su vez, la ironía socrática, es decir, el método de conversación utilizado por Sócrates hacia interlocutores aleatorios que se encontraban en el Ágora, sirvió para eliminar la apariencia de verdad. Al hacer preguntas hábilmente y dirigir a los interlocutores en sus propias líneas de razonamiento, los inclinó hacia sus propios puntos de vista y les transmitió las verdades morales que reconocía. Su hilo ha sido retomado por muchos filósofos, entre ellos S. Kierkegaard y L. Shestow.
Romanticismo
Otra ola de ironía, entendida como categoría estética, llega durante el período del Romanticismo. La llamada ironía romántica cobró un nuevo significado, ordenó al poeta mostrar las contradicciones que gobiernan el mundo, el hombre y el arte desde la distancia del mundo. Durante este período, se manifestó combinando elementos contradictorios como la comedia y la tragedia o la fantasía y el realismo. Además, se enfatizó fuertemente el dominio del artista sobre la obra creada, como en "Beniowski" de Juliusz Słowacki. La siguiente era en la que la ironía es popular en la literatura es el posmodernismo. Los teóricos de la ironía más importantes dentro del posmodernismo fueron Paul de Man, Harold Bloom y Richard Rorty.
Deconstrucción
Según De Man, la ironía está estrechamente relacionada con la deconstrucción y, más precisamente, es la principal causa del fenómeno de la "mala lectura". Como saben, de Man, como Jacques Derrida, es de la opinión de que cada texto contiene ciertos elementos que hacen imposible construir su única interpretación correcta, se abre a muchas interpretaciones posibles que son iguales. En este caso, el papel más importante lo juega la ironía, que rompe la coherencia del enunciado. Esta categoría no invierte tanto el significado sino que lo distrae y lo vuelve esquivo. En el sentido filosófico sobre el que escribimos anteriormente, la ironía hace que el hombre se dé cuenta de sus lágrimas y su falta de control sobre el lenguaje.
Pistas Pistas
Como señala Adam Lipszyc, en la obra de Harold Bloom, la ironía no es una característica del lenguaje, sino un "rastro de tropos". Es uno de los métodos por los cuales el sujeto puede defenderse de la influencia de otros, por lo que es de naturaleza interpersonal, no existe por sí mismo. La ironía es inversión, por lo que es deliberadamente engañosa.
Sin embargo, en opinión de Rorty, como escribe Michał Paweł Markowski, la ironía es principalmente un signo de cuestionar la existencia de una verdad objetiva sobre el ser, una manifestación del relativismo: la temporalidad de todos los puntos de vista.
Cada obra interpretada con metodologías posmodernas contiene elementos de ironía (especialmente si se adopta el concepto de De Man). La auto-ironía es una característica especial de las revistas literarias y las revistas de ficción, es decir, las revistas de ficción en las que tratamos con el juego deliberado del autor que se cuela entre la verdad y la ficción, la pose y la honestidad.
Al definir la ironía es muy importante no confundirla con sarcasmo.
Sarcasmo
En teoría, el sarcasmo es solo una ironía intensificada, que generalmente se usa para expresar una actitud negativa hacia algo o alguien, para criticar una situación o el comportamiento de alguien. Es importante destacar que la ironía en determinadas situaciones puede ser una expresión de bondad, ternura (Mi héroe; Ah, bastardo), mientras que las declaraciones sarcásticas están cargadas con una carga emocional negativa.
Además, el sarcasmo no tiene por qué ser irónico, como se expresa, por ejemplo, en la frase "Naturalmente no esperaba nada bueno de ti". Esta oración puede ser sarcástica, pero no irónica, ya que la declaración es inequívocamente coherente con la intención, lo que significa que no hay lugar para la ambigüedad o la interpretación.