¿Está planeando un viaje de vacaciones más largo a la montaña o una escapada de fin de semana? Esta es una gran alternativa a los viajes a la playa, que te dejarán muchas impresiones. Caminar por los pintorescos senderos es una experiencia interesante para los niños, solo hay que recordar las reglas básicas de seguridad y la organización previa. ¿Cómo prepararse para un viaje a la montaña con un niño y despertar su entusiasmo por esta forma de recreación?
¿Por qué vale la pena llevar a los niños a la montaña?
El número de partidarios de las largas caminatas en las montañas aumenta cada año. Sin embargo, muchos padres se preguntan a qué edad se puede llevar a un niño a la montaña para que el viaje sea una experiencia placentera para él, no una compulsión.
Un viaje a la montaña con su hijo es una gran oportunidad para pasar mucho tiempo en la naturaleza. En las montañas, no solo puede admirar hermosas vistas, sino también alejarse de los asuntos cotidianos y relajarse. Para los más pequeños, es una oportunidad de respirar aire verdaderamente limpio, porque las zonas de montaña siguen siendo una de las menos contaminadas y, por tanto, también las más saludables. Para los niños mayores, caminar por senderos de montaña puede ser un desafío interesante y una forma de superar sus propias debilidades.
¿Cómo planificar un viaje con un niño por adelantado?
Un viaje a la montaña puede resultar una aventura emocionante incluso para los niños más pequeños, siempre que el viaje esté cuidadosamente planeado y pensado. ¿Cuáles son los factores clave a la hora de viajar con un niño?
Selección de ruta. Uno de los problemas básicos es la elección del camino. En nuestro país, existen muchas rutas hermosas de varios niveles de dificultad. Sin embargo, lo más importante es ajustar la longitud y dificultad del sendero a la edad y habilidades del niño. Sobre todo si es tu primer viaje conjunto a la montaña, es mejor elegir una ruta más corta y bien señalizada.
Información sobre el sendero seleccionado. Recoge tantos como puedas. Verifique no solo la distancia a recorrer, sino también el tiempo estimado necesario para subir a la cima, descender y, lo que es más importante, los lugares donde puede refugiarse en caso de una ruptura repentina del clima. Cuanto más aprenda sobre el sendero antes de su viaje, menos posibilidades tendrá de ser sorprendido por circunstancias inesperadas.
Programe más paradas. Cuando llegue a la cima, puede resultarle difícil a su hijo seguir las siguientes secciones de la ruta. Déle más tiempo para viajar y esté feliz de hacer paradas para que el niño no considere el viaje como una obligación.
Controla las condiciones climáticas. El clima en las montañas puede ser complicado, así que consulte el informe meteorológico actual antes de dirigirse a las montañas. Si hay un pronóstico de viento fuerte, tormenta o lluvia intensa, elija una fecha diferente. Además, busque una posible opción de respaldo con anticipación, en caso de que el clima se descomponga inesperadamente.
Recuerda empacar las cosas más importantes en tu mochila. A la hora de realizar la ruta comprueba si no solo tienes provisiones y ropa, sino también un teléfono cargado, el número de la unidad GOPR más cercana, el centro de alojamiento y un botiquín de primeros auxilios.
Seguridad en el camino: las reglas más importantes
Cuando vas de excursión con tu hijo, eres responsable de su salud. Tenga especial cuidado en la ruta. Los niños tienen un deseo natural de aprender cosas nuevas y explorar lugares desconocidos, así que esté especialmente atento, especialmente si su hijo es móvil. En las montañas, no solo puede tropezar y caer, sino también caer al agua o incluso deslizarse fuera del camino. Así que trate de mantener el contacto visual con su bebé en todo momento.
Siga revisando y reaccione a los cambios climáticos. Tenga en cuenta que el bebé está expuesto a los dañinos rayos solares en verano. Antes de ir a la montaña, lubrique su piel con una crema con filtro alto, y recuerde cubrirse la cabeza. Si está lloviendo en el camino, recuerde sostener a su bebé cerca de usted y baje con cuidado, ya que los caminos pueden volverse resbaladizos muy rápidamente.
Ropa en la montaña, o qué ponerse en un viaje.
Necesitas llevar ropa extra cuando vayas a la montaña. Cuanto más altas sean las montañas a las que vayas, mayor será el riesgo de cambiar el aura. Siempre verifique el clima en el sitio web local y siempre use una muda de ropa. En la parte superior, un elemento práctico de la ropa es un softshell que brindará protección contra el frío, el viento y la lluvia.
Lo mejor es vestir al niño encima con una capa de cebolla. Es mejor mantener abrigadas varias capas de ropa que una. Además, una capa también es más fácil de quitar. Que sean prendas de algodón que aseguren la comodidad del niño durante el viaje. El conjunto clásico incluirá: pantalón largo, camiseta de manga corta, sudadera o suéter, chaqueta impermeable que protege del viento, gorra con visera. También es una buena idea tener una remera extra de sobra para que pueda cambiar la ropa de su hijo si suda. Las mejores mochilas son las impermeables.
Un mapa, documentos de identificación, teléfono, ropa para la lluvia, provisiones para el camino, algo para beber, una linterna, un botiquín de primeros auxilios y una navaja también serán útiles en la mochila. Lea sobre cómo empacar en las montañas.
¿Cómo animar a un niño a hacer senderismo por la montaña?
Puedes comenzar tu aventura con caminatas en la montaña incluso con niños pequeños, todo lo que necesitas es buen tiempo, tiempo y paciencia. Debes recordar que en el camino a la cumbre, los niños necesitan tiempo, ánimos y más descansos para descansar.
Si su hijo no es un amante de la naturaleza, al principio puede resultarle difícil disfrutar simplemente caminando. Es mucho mejor movilizar a los más pequeños para que descubran por sí mismos la naturaleza que les rodea o plantearles un reto que podrán afrontar durante su viaje.
Sin duda, es más probable que un niño se vaya de gira si demostramos en la etapa de preparación que tenemos en cuenta su opinión. Déle a su hijo un mapa, una brújula y discuta el propósito del viaje. Poder decidir hará que su hijo se sienta apreciado y disfrute de la caminata.
Como decíamos antes, merece la pena ir acostumbrando a tu hijo a las rutas de montaña de forma paulatina, empezando por las más cortas y menos exigentes, para no disuadirle de la práctica del senderismo.
El tiempo de viaje se hará más agradable con historias y cuentos interesantes, especialmente los locales. Antes del viaje, vale la pena aprender más sobre la ruta de senderismo y compartir este conocimiento con su hijo.
Durante el viaje, los bocadillos envueltos en papel o papel aluminio serán la mejor comida. Además de ellos, puedes llevarte una barra de chocolate, que te dará energía en el camino. El agua es la mejor opción para beber, ya que las bebidas endulzadas aumentan la sed y la mayoría de ellas contienen colorantes y conservantes nocivos.
Un viaje a las montañas: una excelente manera de relajarse para toda la familia.
Hacer senderismo en la montaña es muy divertido y, al mismo tiempo, da una sensación de libertad. La planificación meticulosa y el sentido común ayudarán a organizar el viaje incluso con niños muy pequeños. La atención plena y la adaptación de la ruta a las capacidades del niño harán del viaje a las montañas una fuente de recuerdos inolvidables para los años venideros.