Fin de semana de supervivencia
Una de las ideas básicas que se pueden utilizar en un viaje de incentivo es organizar un campamento de supervivencia. Polonia abunda en lugares que son perfectos para tal atracción: los Sudetes, Jura Krakowsko-Częstochowska o las montañas Tatra le permiten aislarse completamente del mundo y pasar unos días entre el crudo pero hermoso paisaje. Un campamento debidamente organizado debe ser supervisado por instructores de grupos experimentados que compartirán sus conocimientos con los participantes. Pueden aprender los secretos de habilidades como construir un refugio en la naturaleza, rastrear animales y obtener los recursos necesarios para la supervivencia. Los campamentos de supervivencia se pueden combinar con juegos y desafíos de campo que proporcionarán la dosis adecuada de competencia y emociones.
4 × 4 emociones
Los viajes todoterreno también son muy populares. La capacidad de conducir un todoterreno sólido o un quad rápido usted mismo, atravesar una ruta difícil en un paisaje salvaje e inaccesible, brinda a los participantes mucha alegría y emociones positivas. Además, el todoterreno es un atractivo que se puede adaptar fácilmente a nuestras necesidades: si necesitamos algo para un viaje corto de fin de semana, vale la pena plantearse una ruta entre montañas o humedales nacionales. Un viaje tan corto puede terminar con un fuego común con especialidades caseras como salchichas naturales, costillas o incluso cordero a la parrilla. A su vez, si queremos que nuestros huéspedes se sientan como descubridores, puede organizar una expedición fuera de la radio a, por ejemplo, el arenoso Marruecos, donde, además de conquistar las dunas, los participantes también podrán conocer los secretos de la cultura beduina.
Para los mas valientes
Un viaje extremo no tiene por qué centrarse solo en atracciones extremas como el rafting, la escalada o el puenting. En cambio, el lugar al que vamos puede ser extremo. Uno de esos lugares es Pripyat, una ciudad fantasma adyacente al reactor destruido de Chernobyl. Ya no debes tener miedo a la radiación, la dosis recibida durante un viaje a este lugar no supera ¼ de la dosis que recibimos al tomar una radiografía. La ciudad extinta y el entorno salvaje de la Zona causan una impresión electrizante en cada visitante.