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Los lepismas son insectos del orden de los peces de cola erizada, que deben su nombre a las escamas plateadas y la agilidad con la que se mueven. Aparecen repentinamente de la nada en nuestros apartamentos, donde se dirigen principalmente a los inodoros.

Los peces plateados aman los lugares cálidos y húmedos porque su hábitat natural fue una vez los trópicos. Fuera de casa, se pueden ver en algunas panaderías, donde los hornos les brindan tanto calor como el nivel adecuado de humedad.

Los peces plateados llevan un estilo de vida nocturno, por lo que la gente los encuentra con mayor frecuencia justo después de encender la luz del baño. Asustados, huyen inmediatamente hacia los recovecos y recovecos de donde salieron.

Un pez plateado puede sobrevivir incluso un año sin comida, pero cuando tiene la oportunidad, come con más entusiasmo productos que contienen almidón, restos de comida, pegamento orgánico, azúcar e insectos muertos.

Los peces plateados tienen la capacidad de digerir la celulosa, por lo que comer papel no es un problema para ellos.

El pez plateado hembra pone de dos a veinte huevos amarillos y las larvas no maduran hasta después de un año.

Los peces plateados viven mucho tiempo para los insectos. Estos insectos tienen la vida útil más corta de dos años y la más larga, incluso ocho años.

Los lepismas se consideran plagas porque pueden destruir libros y muchos otros objetos en los que pueden encontrar sustancias que les resultan sabrosas, pero que no transmiten enfermedades y no hay que temerlas.

Las tijeretas comunes, conocidas como peces de colores o cebolletas, son los mayores enemigos naturales de los peces plateados porque son hábiles para cazarlos. Muchos peces plateados también terminan como un manjar para las arañas y los escarabajos ciervos.

El pez plateado es el comensal del hombre. El comensalismo es una especie de simbiosis protectora entre especies en la que una se beneficia pero la otra no se ve perjudicada.

A los peces plateados no les gustan los olores picantes, por lo que vale la pena combatirlos con ginkgo, canela o romero. Un manojo decorativo que contenga estos ingredientes es suficiente para disuadirlos. Si además untamos los desagües de las tuberías con limón y aparecen bolas de polilla en el baño, nos desharemos rápidamente del problema.

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