Moscú: un imperio vivo para siempre

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Anonim

Moscú es un destino turístico ideal para todos aquellos que desean mezclarse con una ciudad moderna, donde el paisaje consiste en grúas de construcción, edificios de oficinas de vidrio, carreteras de varios carriles, diseño moderno y el materialismo reina en todas partes. Al mismo tiempo, todo esto es extremadamente amigable para los forasteros, da una impresión asombrosa de una gran metrópoli y te invita a conocer la capital de Rusia. Por otro lado, tenemos un trozo de historia de una de las potencias más poderosas de la historia del mundo, que también impresiona por su monumentalidad y riqueza cultural.

Plaza Roja: el centro de Moscú, el centro de Rusia

El punto más importante que conecta ambas perspectivas, contemporánea e histórica, será la Plaza Roja, desde donde es mejor comenzar su recorrido. Durante siglos, este lugar ha sido el centro no solo de Moscú, sino también de la conciencia nacional de toda Rusia. Aquí se realizaban las más importantes ceremonias estatales y ferias comerciales, la plaza fue testigo de importantes acontecimientos militares y políticos, y fue allí donde algunos fueron castigados y premiados. Hoy en día es probablemente el lugar más popular para las parejas jóvenes que realizan sesiones de boda. Allí puedes sentir la brisa de la historia y la atmósfera de un gran imperio. También hay dos elementos extremadamente importantes para los rusos: el Kremlin por un lado y el Mausoleo de Lenin por el otro. Un viaje a Rusia sin visitar estas instalaciones no podría estar completo. El Kremlin es el monumento más famoso de Rusia, que está rodeado por un alto muro de ladrillo rojo: allí hay cuatro catedrales, una armería y una exposición de diamantes. A su vez, visitar el Mausoleo de Lenin puede ser una experiencia interesante, especialmente al observar cómo la gente local todavía venera el lugar de enterramiento de su líder y dictador. Hay un objeto más en la Plaza Roja que no debe perderse: la Iglesia de Vasily the Blessed, considerada la perla de Moscú. El edificio es impresionante, con su grandeza, monumentalidad, pero también con colores. La estructura arquitectónica en sí también es única, por lo que es un placer para todo tipo de turistas, independientemente de a qué presten especial atención.

Modernidad e historia

Moscú es una de esas ciudades donde vale la pena visitar los lugares públicos. Un ejemplo es el metro, considerado uno de los más bellos del mundo. Antes de subir al coche, vale la pena mirar alrededor, porque cada estación es diferente y está decorada de forma original. ¡Las vistas son realmente impresionantes! Lo mismo ocurre con GUM, una tienda departamental de 1893. Su interior es verdaderamente memorable, llamativo con sus decoraciones. Pero allí también vale la pena cuidar el paladar, porque es allí donde podemos probar el helado más famoso de toda Rusia.

Otros lugares dignos de ver en Moscú incluyen el búnker GO-42, construido bajo las calles, destinado a servir como refugio para las familias de los funcionarios del Kremlin en caso de un ataque nuclear durante la Guerra Fría. Hoy es un lugar donde asisten guías vestidos como oficiales de la KGB. Otros objetos dignos de ver tienen una forma de museo más clásica: el Museo de la Cosmonáutica, el Museo de Bellas Artes, el Museo Estatal de Historia o … el Museo del Vodka.

Al elegir un avión a Moscú, es bueno planificar su viaje para definir de antemano lo que espera de la capital rusa. Esta metrópoli ofrece un sinfín de atractivos de todo tipo, y se sabe que todo el mundo prefiere una actividad diferente. Afortunadamente, las conexiones aéreas a Moscú son tan baratas que siempre podemos volver a visitar esta ciudad y ponernos al día.